El municipio trata de recuperar en la actualidad esa vieja tradición de colgar macetas en las fachadas de las casas, que llevó al pueblo a recibir premios de embellecimiento y que tan agradable y floreado hacían el paseo. Distinguiéndose este hecho como el elemento más característico de su arquitectura.
La localidad aguarda al viajero con una de las grandes representaciones del Barroco Cordobés en la ermita de Jesús de las Penas, conocida popularmente como «El Calvario». Del conjunto deberemos destacar su retablo mayor y algunas obras pictóricas. En la imaginería sobresale un Ecce Homo, conocido como Jesús de las Penas, siendo el patrón de los encinos (gentilicio de los habitantes de Encinas Reales). Templo de gran majestuosidad exterior resulta la iglesia parroquial de la Expectación, de estilo neoclásico, construido a instancias de los duques de Medinaceli. Hecho éste que se explica ya que Encinas Reales perteneció hasta 1836 a la ciudad cercana de Lucena, lugar de morada de los citados nobles.
El municipio cuenta en su término con la aldea de Vadofresno, que plantea interesantes vistas sobre el río Genil, en un punto ya muy próximo al gran embalse de Iznájar.
La localidad actúa de puerta meridional de la Subbética, canalizando la ruta de Córdoba a la Costa del Sol. Constituyéndose de esta forma, en una de las travesías más frecuentadas llegado el verano.