Iznájar es ese bello pueblo que se eleva sobre rocas al amparo de su alegre y altivo castillo, fortaleza que fuera de la más importantes características para los árabes, y cuya torre vigía sirviera de inspiración para el poeta Rafael Alberti. Junto a ella hallamos la iglesia parroquial de Santiago (S. XVI), la cual posee en su interior destacadas obras orfebres, además de ser el escenario donde se representa en vivo la Pasión de Cristo, llegada la Semana Santa. En el otro extremo de la población se alza la ermita de la Virgen de la Piedad, Patrona de Iznájar (S.XVII). El pueblo nos deparará un serpenteante itinerario por sus calles de trazado medieval.
Un paseo por la localidad nos permitirá descubrir en pleno centro histórico su peculiar cementerio, diseñado -por los condicionantes del terreno- de forma escalonada, dibujando de esta forma una curiosa composición.
El término municipal de Iznájar, al igual que el de Priego de Córdoba, está repleto de aldeas, lo que lleva a que la Villa tenga menos población que el total de sus núcleos aledaños.
La localidad da nombre al embalse sobre el río Genil, que se encuentra a los pies del Pueblo, y que por sus dimensiones es considerado el lago de Andalucía, donde observamos cormoranes, garzas, somormujos, etc. El agua invita a pescar, practicar deportes náuticos o darse un chapuzón en la playa de Valdearenas. Los contornos deparan varias posibilidades para el excursionismo, acompañadas del encanto que siempre presenta el Parque Natural de las Sierras Subbéticas.